10 de abril de 2008

En pie

Estoy en pie por la costumbre de jugarme,
porque aprendí en el rigor a modelarme;
hay mil caminos por andar,
no quiero ya retroceder
en esta lucha por llegar,
en el deseo de vencer.
Cada mañana estrena un nuevo día
y yo también mi terca valentía
y le respondo al milagro de estar vivo
inventándome un motivo para amar.

Es mi vida más que nada
una página callada de heroísmo,
el afán de sostenerme
y el deseo de ponerme a mí mismo en pie
ante el sopapo de la suerte en pie.
Frente a la vida y en la muerte
y si un día el dolor me destruye la fe,
como un árbol me muero de pie.

Estoy en pie, y no me asombra ni me duele,
bebí la hiel, pero también gusté las mieles.
Cuando el destino me empujó
y en el fracaso sucumbí
un nuevo impulso me creció
y entre cenizas renací.
Para vestir mi sangre gota a gota
sin importarme el triunfo o la derrota,
para asumir el compromiso de la vida
con el alma bien curtida, con valor.

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