15 de octubre de 2010

Besos - Pía Augusto

Si una boca caprichosa
hallare en mi buen puerto
No habrá ancla que enclave
si no da buenos besos.

A la impronta de tu boca
que con apuro se asoma
se le olvida que el destino
ha de ser más que mis labios.

Para quedárseme impregnados
el sabor de buenos besos
deben ser provistos con frescura
y con buen tino repartidos.

El buen vino se degusta
no sin antes ser tomado
Moja los labios el tinte
e impregna de aroma el sabor.

Lo mismo han de ser los besos
como el vino en su justa medida
un racimo de uvas en una boca
que sedienta los aprueba.





-.Pía Augusto.-

Acércate a mi - Pía Augusto

Pon tu cintura en mi cadera
posa el deseo sobre mi boca
En cada beso que he guardado
se va un poco de mi contigo.

Y aproxímate más a la locura
sin tenerle temor al pecado
que la vigilia nos demora
en la pronta entrada al cielo.

Cógele la manecilla al tiempo
que mi noche se irá a tu vera
y miéntele a mis sentidos
si es que no se fueron contigo.

Encontrarás letal la cercanía
de un cuerpo hoy resucitado
y atarás a tu mano la lujuria
acaso por mi te abandonara.

Retosa en mi húmeda caricia
y vuelve luego a tu lugar
Pero ésta noche aquí conmigo
déjalo todo ven acércate a mi.





-.Pía Augusto.-

8 de octubre de 2010

Puff... Que no te privaticen el corazón!

¿Qué buscamos los indecisos que pareciera que nunca acabamos de encontrarnos?

A veces me planteo una situación hipotética: me imagino viviendo otra realidad.
Otras tantas, sueño despierta y contemplo con mis ojos cerrados una constelación lejana, alguna galaxia perdida y me siento un satélite sin rumbo, sin planeta, girando sobre mí misma sin un propósito coherente.
Me encuentro todos los días con algún reflejo en el papel, con alguna persona que supo ser y profeso mi credo contra la mutación nefasta que cierta gente sufre constantemente.
Pareciera que es mal común sufrir ciclos menstruales los 365 días del año o que es fácil fingir sufrirlos. En todo caso, ¿reditua hacerse el sufrido?
Estimo que ciertos problemas existen fácticamente pero pongo en duda algunos que nacen de la boca para afuera; aquellos que crecen en la mente de quien se los crea ilusoriamente para que les tengan pena sino estima "por haber sufrido tanto".
Sinceramente, no creo que quien se jacta de sus problemas para llamarle oportunidad a quien debiera ser amigo, sea merecedor de la estima de almas erráticas como la mía.
¿Será que algunos ven oportunidades y medios tras cada portal, sin ver la mano que abre la puerta?
Hay quienes no saben ver más allá de unos ojos bendados y están los que se escudan detrás de quien tiene ideales y valores.

Lo ideal sería caminar libres, despojados de tapujos, sin el deber de prestar atención, con la confianza necesaria para tender un auxilio sabiendo que luego, no te van a dejar en llanta.




-.Pía Augusto.-

4 de octubre de 2010

La ira de tu adiós - Pía Augusto

La ira me controla, te exacerba, me vigoriza los sentidos, relentiza el pensamiento, te acaba por consumir. Y las decisiones ya no son voluntarias sino impensadas, impensables, dirigidas por mi rabia.
Hubiese preferido no saber, cerrar los ojos a la verdad y vivir en la utopía que me creaste.
Hubiera elegido otro sinsabor con menos espuelas, menos espinas, sin tus rosas.
Y caí en la cuenta de que el mundo es tan real que ésa es la razón de que te duela tanto morir.
No creí poder sentir sin haberlo vivido todavía y rompería un espejo con tal de hacerte volver de aquél sitio inesperado.
Destrozaría tu vista en mil pedazos, desperdigándolos por el suelo, mientras alguno cuelga aún por si todavía decides regresar por esa puerta; pero ya sos invisible.
Y duele saber que no estás más ni siquiera en el espejo, ni en ésta vida, ni en las demás.
La ira controla incluso mi creencia, mi desdicha, tu desdén inacabado.
No soy la misma desde que se marchitaron tus flores y llegó la dichosa primavera.
Crecí a tu vera, deshojada, despoblada, pero aún vivías en mí.
Y hoy, en cambio, te fuiste sin decir siquiera adiós.



-.Pía Augusto.-

Adiós - Pía Augusto

Lo vi llegar caminando a la estación
perderse entre la gente que divaga
esperar impaciente que arribe el tren
y tomarlo deseoso de llegar a destino.

Las cuatro de la tarde en aquel bagón
que se posa repleto de miradas
que trona como campana de recreo
que se pierde entre las vías.

Buscaba alguna excusa para no ver
cuando subió y fue casi inevitable.
Miraba sus pies con verguenza
como quien esconde un secreto.

Me llamó la atención aquél instante
el mismo dibujo en mi mente ocurría
y se acercó al asiento sin más prólogo
con los auriculares y ensimismado.

No se dignó a mirarme un segundo
o tal vez gustó jugar al distraído
Ni siquiera pude oír qúe música
sonaba a todo volumen en su cabeza.

Se acercaba la primera parada
y resigné mi dicha viendo el boleto
quince minutos restaban o menos
para que acabase mi idilio.

Como por capricho de mi suerte
se le acabó la bateria
y de un suspiro acomplejado
guardó todo artilugio.

Se dedicó a mirarme equidistante
a un asiento de mi,
a tres pasos de mi boca
a 3 minutos de la parada.

Tenía una boca sinuosa o quizás
ese fue el pretexto para mirarlo
nunca se lo llegué a decir
pero nunca lo olvidaré.

Restaba un minuto y acabaría
me iría de una vez sin saber
si alguna vez pudiera verle
o volverle a encontrar allí.

Me paré apresurada de un tirón
teniendo un colocón al verle
pues no dejaba de sonreir
al pararse el también.

Y tendió su mano hacia mi
aproximó un papel escrito
mientras no pude evitar
"la sonrisa de despedida".

No lo volví a encontrar
supe que se quito la vida
y en tan solo cuatro palabras
me dijo adiós sonriendo.


-.Pía Augusto.-

2 de octubre de 2010

Y cada sombra con su doble - Pia Augusto

El espejo lo reflejaba luminiscente en su cúspide
y a medida que la luz se hacia tenué distorcionaba
cruelmente todo rastro de realidad fehaciente
que pudiera quedar tímidamente en él.
La lámpara permanecía aún entonces encendida
aunque fuese de día, aunque el sol gritara.
La cortina lo cubría todo sin dejar que entrase
ni la luz, ni el sol, ni la palabra a su boca.
Vacío. Se sentía completamente vació
de adentro hacia afuera y viceversa.
Incompleto como libro de hojas secas
como un cuento sin final ni prólogo acabado.
Desde la punta de la habitación lo observé
parado en la nada que implica su mundo,
buscando motivos que hagan a su felicidad
con un muro que tuve que saber surcar.
Entonces abrió las ventanas de par en par
y dejó que la luz lo cegara por completo.
Comprendí que en lo oscuro hay comodidad
pero que sin la luz no existe la vida.
Me extrañé de conocer al fin su sombra
allí sopesada a sus pies como la nada
Parecía inmutable ahí reticente a mí
como si la oscuridad la consumiese.
La quise estrechar en mi regazo
pero era incluso inmune al tacto
Sólo tenía el color de la sombra
más su forma era igual a la suya.
Entonces sucedió lo inexplicable
algo por dentro y fuera se removió
La luz que entraba me cegó también
y quiso mi sombra hacerse presente.
Allí permanecimos inmóviles los dos
cuando él ávidamente se me acercó.
Lo vi tan de cerca como nunca antes
que sentí su aliento apoderarse de mi.
Un instante después se dió la vuelta
y dirigió su atención hacia la ventana.
Comprendí en el instante que era sombra
de aquello que bien supo ser alguna vez.
Y me encontró desnuda en el piso
empañada enteramente en la luz
y aún así envuelta en mansa oscuridad
porque yo era entonces su sombra.
Su extensión indefinida, su otra mitad
su aletargado remanso ausente de luz
Su viva imagen aún carente de color
Yo y cada sombra con su doble.





-.Pía Augusto.-

Flor imperial - Augusto Pia

El ejercicio premeditado del verbo
la conjugación de tus palabras
el sujeto tácito que se fue contigo
y la oración que no pude acabar.

La sonrisa sin tener su sustantivo
la razon que se queda en motivos
Las huellas que dejan mis pasos
y aquella mano que no aferré.

Mi moraleja sin una historia verídica;
el final feliz de algunos cuentos
El príncipe azul que nunca existió
y aquella bruja que sí conocí.

Antagónicos o complementarios
sujeto expreso que esta ausente
presunción de tosca imaginación
mano doble en tu partida literal.

Flor imperial a todos tus decretos
la asignatura pendiente de tu ego
el basto silencio cuando no hablo
el vació relleno en tus mentiras.

La partida de suerte que sí gané
la falacia que no pudiste sostener
El mundo que se cae a tus pies
y yo mirándolo atentamente caer.





-.Pía Augusto.-