4 de octubre de 2010

Adiós - Pía Augusto

Lo vi llegar caminando a la estación
perderse entre la gente que divaga
esperar impaciente que arribe el tren
y tomarlo deseoso de llegar a destino.

Las cuatro de la tarde en aquel bagón
que se posa repleto de miradas
que trona como campana de recreo
que se pierde entre las vías.

Buscaba alguna excusa para no ver
cuando subió y fue casi inevitable.
Miraba sus pies con verguenza
como quien esconde un secreto.

Me llamó la atención aquél instante
el mismo dibujo en mi mente ocurría
y se acercó al asiento sin más prólogo
con los auriculares y ensimismado.

No se dignó a mirarme un segundo
o tal vez gustó jugar al distraído
Ni siquiera pude oír qúe música
sonaba a todo volumen en su cabeza.

Se acercaba la primera parada
y resigné mi dicha viendo el boleto
quince minutos restaban o menos
para que acabase mi idilio.

Como por capricho de mi suerte
se le acabó la bateria
y de un suspiro acomplejado
guardó todo artilugio.

Se dedicó a mirarme equidistante
a un asiento de mi,
a tres pasos de mi boca
a 3 minutos de la parada.

Tenía una boca sinuosa o quizás
ese fue el pretexto para mirarlo
nunca se lo llegué a decir
pero nunca lo olvidaré.

Restaba un minuto y acabaría
me iría de una vez sin saber
si alguna vez pudiera verle
o volverle a encontrar allí.

Me paré apresurada de un tirón
teniendo un colocón al verle
pues no dejaba de sonreir
al pararse el también.

Y tendió su mano hacia mi
aproximó un papel escrito
mientras no pude evitar
"la sonrisa de despedida".

No lo volví a encontrar
supe que se quito la vida
y en tan solo cuatro palabras
me dijo adiós sonriendo.


-.Pía Augusto.-

No hay comentarios: