27 de septiembre de 2009

Una pausa (Pía Augusto)

Hagamos una pausa y dejemos al mundo detenerse
que nos bastamos mutuamente para seguir en movimiento.
No existen los silencios cuando callas,
quebré cada muro, rompí todo estrecho
y construí horizontes contigo en cohecho.

No imaginaste cómo sería interrumpir al mundo,
hasta que en carne propia lo sentiste.
Y ves que todo sigue girando entre nos?
Hay más de una revolución surcándonos.

No detengas éste devenir,
sabés que hay mucho de ti dentro de mi;
demasiado hay en la calle para sucumbir
pero poco que valga la pena vivir.

Hagamos una pausa y dejemos al mundo detenerse
que nos bastamos mutuamente al seguir en movimiento.




-.Pía Augusto.-

14 de septiembre de 2009

Que día! (Pía Augusto)

Quise empezar a poner por escrito de alguna manera este sentimiento que me mantuvo presa.

Decirte, que las miradas se escapan, las espaldas que se encuentran y las risas inundan el espacio en que no estás.

Todo parece tan simple a la distancia y tan complicado cuando tan sólo existen centimetros de por medio, que dar un vuelco al asunto no es cosa sencilla. Arriesgar nunca lo es.-

Cómo callar si duele; duele que nada importe, que nada sea más importante que vivir el segundo a costa de los demás.

Saber en qué espejo te perdés cuando te miro o quién te obliga a no decir la verdad, serán satélites de mis lunas.

Tengo miedo a dejar de creer en la gente cuando las palabras quedan en el aire, y el peso del viento puede más que la confianza. Surgen las dudas, se quiebra la fe, pierdo el rumbo y sucumbir no es la solución, lo sé.

No todos pueden ser felices pero algunos se conforman con una mentira que les de felicidad. Y quieren jugar sin saber que terminarán perdiendo, mientras unos se ríen de la situación y otros del deja vú. Y estoy mirando lo que no quiero ver porque planeo ser feliz.

Tantas otras veces escuché del daño y lo sentí mío, que me niego hoy a creer que soy culpable y me absuelvo.

Me fallaron y también fallé porque en cierto punto me volví una parte del asunto. Me arrepiento de haberlo sido, de haber apartado de mí ese lado tibio que me mantenía fuera del eje del remolino. Pero por haber caído aprendí a levantarme, creo por ello que no debo avergonzarme. Soy quien soy, habiendo sido quién fui. Y no hay persona mejor quién hubiera podido ser. Doy gracias por ser como soy, con mis aciertos y mis errores, mi sonrisa y cada una de las lágrimas que derroché, porque con ellas logré fecundar un mar y me nacieron peces, y comprendí que no estaba tan sola ni tan bien acompañada a veces. Encontré consuelo ( y también conocí el suelo ).

Es hoy quizá cuando con una mueca recuerdo lo pasado sin haberlo pisado. Sé que lo vivido dejó una huella, una marca vívida de cuando el placer cundía. Hay que sufrir para aprender a disfrutar de las pequeñas cosas y comprender que son éstas la gran felicidad de cada día.

Puedo ser una gran necia, un perfecto ejemplo de equivocaciones y a lo mejor ser un modelo o el calco de alguien que también se sintió de igual modo. Puedo ser tantas cosas y cambiar de pensar, de lugar, de sentido..pero no puedo dejar de ser quien soy. Y esta persona que ves, quiere mirar unos ojos para descansar. Saber que hay un lugar en ellos donde perderse un buen tiempo...del tiempo. Hay un tic tac en mis oídos, me susurra que le llegó el ocaso al reloj...ya no se trata de minuteros sino de saber aprovechar las OPORTUNIDADES.

No importa la hora.

Que siga corriendo el segundero.

Sólo hay una preocupación: no perder el momento cuando sea la ocasión.



Pia Augusto.-