18 de enero de 2010

Estoy de paso


En ocasiones, me cruzo con la ira…,
y ella porfía con tomarme el brazo, pero le digo:
"¡No puedo irme contigo… trata de comprender…
estoy de paso…".

Otras veces la duda me visita
intentando enredarme en su fracaso,
y de la misma forma me disculpo:
"Perdóname, pero… estoy de paso."

Algunos días es la intolerancia
quien trata de envolverme con su abrazo,
pero también me niego a recibirla:
tendrá que dispensarme… estoy de paso.

Y hay circunstancias en que el sufrimiento
es el que trata de llenar mi vaso,
más sé de su carácter ilusorio y no le doy cabida…
estoy de paso.

Incluso cuando arriban los temores
-esos que asustan siempre por si acaso,
con su caterva de preocupaciones!-
tampoco los atiendo… estoy de paso.

No quiero demorarme en pequeñeces…

¡Cada minuto es un tesoro escaso,
que se va entre los dedos como el viento!
Y como el viento...
¡también yo estoy de paso…!

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