9 de septiembre de 2007

La otra copa del brindis- Mario Benedetti


Al principio ella fue una serena conflagración

un rostro que no fingía ni siquiera su belleza

unas manos que de a poco inventaban

un lenguaje una piel memorable y convicta una mirada limpia

sin traiciones una voz que caldeaba la risa

unos labios nupciales un brindis
es increíble pero a pesar de todo

él tuvo tiempo para decirse qué sencillo

y también no importa que el futuro

sea una oscura maleza.
La manera tan poco suntuaria

que escogieron sus mutuas tentaciones

fue un estupor alegre sin culpa ni disculpa

él se sintió optimista nutrido, renovado

tan lejos del sollozo y la nostalgia

tan cómodo en su sangre y en la de ella

tan vivo sobre el vértice de musgo

tan hallado en la espera que después del amor

salió a la noche sin luna y no importaba

sin gente y no importaba

sin dios y no importaba

a desmontar la anécdota,

a componer la euforia,

a recoger su parte del botín.


Más su mitad de amor se negó a ser mitad

y de pronto él sintió que sin ella

sus brazos estaban tan vacíos

que sin ella sus ojos no tenían qué mirar

que sin ella su cuerpo de ningún modo era la otra copa del brindis
y de nuevo se dijo qué sencillo

pero ahora lamentó que el futuro fuera oscura maleza
sólo entonces pensó en ella eligiéndola

y sin dolor, sin desesperaciones

sin angustia y sin miedo

dócilmente empezó como otras noches

a necesitarla.

No hay comentarios: